bernardo


Cuando le comenté a mi buen amigo Miguel que nos íbamos al Chullo para estrenar las raquetas de nieve que amablemente nos habían dejado los Reyes Magos, me respondió en tono de cachondeo ¿Que al estilo "Jeremías Johnson"?......

Je jeee...¡Que mas quisiera yo!

Seguro que más de uno habéis visto la película que trata de un aventurero que pasa unos años perdido entre las fabulosas montañas de Norteamérica.

Admito que tengo especial debilidad por la montaña cuando la nieve la transforma por completo.

Hemos dejado el coche en el Puerto de Ragua, modesta estación de esquí de fondo situada a caballo entre la provincia de Granada y Almería. Comenzamos a subir por el cortafuegos de la izquierda para pronto alcanzar vistas hacia el Chullo, la ruta está concurrida de montañeros que comparten con nosotros el gusto por la nieve. Pronto nos calzamos las raquetas, tampoco es que sean imprescindibles, pero a eso hemos venido.

La primeras sensaciones son positivas, caminamos sin problemas y como por arte de magia caminamos sobre la nieve blanda sin hundirnos apenas. (Todos los que habéis caminado por nieve blanda sabéis de lo que hablo hundirse hasta la ingle a cada paso y terminar agotado).

El día esta nuboso y con mucho frío poco a poco vamos subiendo y alcanzamos un pequeño abrigo situado a la mitad de la cuesta donde reponemos fuerzas comiendo un bocado. A partir de aquí caminamos sin raquetas el viento barre la nieve y el uso de estas se hace innecesario.

Pronto alcanzamos la cima, un frió que pela cuatro fotos de rigor y vuelta para abajo, conforme descendemos cesa el viento y sube la temperatura lo cual nos permite disfrutar de las vistas. Sobre las cuatro de la tarde ya estamos en el coche, tomamos un café con torta en Calahorra (a precio de saldo)  y de vuelta a casita.

Buen invento para no terminar agotado caminando por nieve blanda. Su función la opuesta a los crampones, pero es que la nieve es así de caprichosa, a veces te hundes o a veces te escurres (peor lo segundo por supuesto).

bernardo

He buscado en Internet el significado de la palabra "atalayón", pero no he encontrado nada mas o menos concluyente, supongo que es una palabra de origen árabe y que mas o menos significa "atalaya" (punto dominante y privilegiado de observación), pero a lo grande.

Tendría su lógica pues las vista desde allí son privilegiadas....

Partimos desde el aparcamiento situado en el sitio conocido como "El Charcón" desde allí parten casi todos los que se adentran en la Vereda de la Estrella.

Antes de comenzar la ruta unos agentes del parque natural nos hacen un cuestionario-examen acerca de donde vamos y nuestros conocimientos del medio, sólo son unos minutos y nos ponemos en camino con la esperanza de haber sacado al menos un suficiente.

Al los pocos minutos de caminar por la vereda y a la derecha sale un camino dirección a la Hortichuela y que desemboca en las Minas de la Serpentina a través de un agradable bosquecillo con sorpresa incluida, -unos borriquicos cabezones y chiquiticos nos saludan al pasar junto a ellos-.

Pasada la mina el camino se empina un poco para ascender entre algunos abetos hacia el Cortijo del Hoyo, del cortijo poco queda apenas unas ruinas pero es un lugar ideal para tomar el desayuno con buenas vistas. Desde aquí ya vemos la nieve y tenemos claro que para disfrutarla deberemos de pagar un precio.

Nuestro precio a pagar son unos fuertes cuestarrones que se nos hacen eternos, sin embargo poco antes de llegar al Puntal de Cazoletas la nieve nos recibe en un estado ideal ... ni muy dura...ni muy blanda.

Coco el perro de Luis corretea arriba y abajo sin parar por la nieve minando nuestra moral. De repente se detiene nos mira como haciendo recuento y rápidamente vuelve a lo suyo.

Poco a poco y disfrutando de un día de sol espléndido vamos ganando metros hasta llegar a la zona de los atalayones (el chico y el grande). La Alcazaba y Mulhacen justo al frente nuestro, a la derecha el Veleta los Machos y vistas al Albergue San Francisco. No corre ni gota de viento pero cae un sol de justicia.

En este mirador-atalaya damos cuenta de los bocatas y nos hacemos las fotos más montañeras, para luego vacilar con los amiguetes.

Son las 3 de la tarde y debemos emprender el regreso, sobre nuestras huellas deshacemos el camino poco a poco tomando conciencia de los 1.200m de desnivel que hemos debido superar. Con luz y buena hora llegamos al mesón del Charcón y damos buena cuenta de unas merecidas cervezas


bernardo
Al mayor superar los collados le cuesta la misma vida, el otro es puro nervio y camina desbocado. El veterano acumula la experiencia de mil rutas, el aprendiz lo tiene todo por descubrir.

Sin embargo los dos lo comparten con la misma ilusión...
y todos nosotros estamos encantados.



A pesar de que el día amenazaba lluvioso no hemos podido resistirnos a comenzar el año en nuestra querida sierra.

Nuestra ruta comienza en los lavaderos situados al pié del castillo de la Iruela, pronto nos encontramos sobre un magnifico camino de arrieros que sin pérdida alguna y entre pinos nos lleva a la casa forestal de Prado Redondo, allí existe un poste de direcciones que nos marca distintas alternativas. Tomamos la dirección del parador de Turismo, otra vez entre pinos remontamos hasta llegar a un collado que da vistas a la Ecaleruela, la niebla nos impide disfrutar del horizonte sin embargo le añade cierta magia a la ruta.
Pronto llegamos al puerto del Tejo, desde aquí parte la senda que sube al Gilillo sin embargo nuestro destino es la Fuente del Oso por lo tanto tomamos la senda de la izquierda que descendiendo cómodamente no lleva al parador de turismo "El Adelantado", son las una de la tarde y tenemos el deseo, intención y esperanza de tomarnos una cervecilla en el mismo.
Pero... ¡está cerrado! nuestro gozo en un pozo!, después de echar algunos sapos y culebras por la boca nos dirigimos hacia la fuente del Oso, aquí el camino es carretera pero si se presta atención a la margen izquierda veremos que transcurre la antigua senda que conectaba la casa forestal de la Fuente del Oso con la de Sacejo.

La Fuente del Oso es un sitio perfecto para comer, con bancos y mesa de piedra al mas puro estilo de los Picapiedra. A continuación tomamos el GR que va hacia Cazorla, a la altura del puerto de los Arenales nos cae un chaparrón con granizo incluido de padre y muy señor mío, menos mal que todos vamos provistos de paraguas.

Llegando a la Iruela cesa la lluvia y felizmente llegamos a los coches.

Bonita ruta que recomiendo para todos los públicos, el sendero es perfecto para caminar sin mayores dificultades.

bernardo

Apenas he iniciado la subida y ya vuelvo la vista al valle, las nubes amenazan con subir y borrar el camino de vuelta, intento fijar el rumbo de retorno con la brújula...

Es la inquietud que aportan los años, de pronto regresa a mi memoria el ascenso a esta misma montaña muchos años atrás, un servidor era un mozuelo, con un "Ferrari" dentro del pecho y la mente despejada de preocupaciones, los "mayores" ya se encargaban de planificar la ruta y todas esas cosas sin importancia.

Ahora que mi "cuenta-kilómetros" ha crecido considerablemente, valoro el esfuerzo y el valor de aquellos que cuidaban de nosotros.

En realidad esta ha sido una ascensión de vuelta, la ida fue muchos años atrás.

Hemos dejado el coche junto al Albergue Militar de Montaña, muy cerca del Albergue Universitario, esta zona todavía permanece a salvo de pasarelas de "la moda de invierno". Aquí es donde la gente llana ,entre risas y batacazos, arrastra el culo cuesta abajo sentada en algún saco de plástico o artilugio casero.

Con niebla espesa comenzamos la subida pasito a pasito. A la altura de la Virgen de las Nieves las nubes están por debajo y luce un sol radiante, la nieve está blanda, más para raquetas que para crampones, aunque sólo estamos al comienzo.

A medida que ganamos altura la nieve empieza a estar más dura, (lógico) continuamos con buen paso hasta llegar a la cabecera de las últimas pistas, aquí ya optamos por ponernos los crampones, el hielo y el frío hace su presencia a pesar del día soleado.

Con paso cansino llegamos a la cumbre, en el horizonte un mar de nubes y unas vistas magníficas, África se divisa en el horizonte, el Mulhacen y Alcazaba casi lo tocamos con los dedos.

En la cumbre observo las chimeneas del antiguo refugio de de la Universidad de Granada, de nuevo mi mente hace "feedback" me veo dentro del refugio calentito, despreocupado y riendo sin parar con los chistes de unos y otros, mientras afuera una fuerte ventisca nos mantiene inmovilizados.

Después de las fotos de rigor toca descender, hace un frío que pela y sacar la mano del guante para hacer una foto se convierte en algo arriesgado. Durante el descenso nos vemos "acosados" por los "Paquitos Fernández Ochoa" y "Albertos Tomba" que fuera de pista nos pasan como balas más cerca de lo recomendable.

De repente se hace la paz, los remontes han cerrado y la montaña recupera su esencia misma, en silencio y bajo un atardecer precioso descendemos hacia el Albergue Militar, las niebla espesa sube por la montaña, pero no importa ya estamos muy cerca y no hay pérdida posible.


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