bernardo
Peña Corba

Esta Semana Santa hemos cambiado cirios, romanos y penitencias por unas vacaciones en el  monte, en esta ocasión tengo la fortuna de compartir ruta con amigos y familia. Nuestro destino es Peña Corba, balcón privilegiado a la Sierra de las Villas y al valle del Guadalquivir.


Viajamos temprano remontando en coche el valle del Guadalquivir desde la Presa del Tranco, siempre que hago este tramo y tengo la suerte de no conducir me gusta mirar las tranquilas aguas del pantano semi cubiertas por la bruma de la mañana.

Nuestro punto de partida es la zona del Hotel Mirasierra, desde allí parte una pista de tierra que sube al cortijo del Zarzalar. Subimos por la pista entre un bosque de pinos que nos cobijan y que a ratos se clarean dejándonos ver una bonitas vistas de Coto Ríos, tras un rato de caminata la pista se estrecha y comenzamos a ver unas tuberías de PVC negras que supongo abastecen de agua a los apartamentos de abajo.

Llegados a una gran roca situada a nuestra izquierda nos encontramos casi empotrado en la pared un ciclomotor que parece semi-abandonado. En este punto justo es donde debemos abandonar la senda que baja y tomar un pequeño camino bastante empinado que va pegado junto a la gran roca, en este punto la vegetación es abundante, merece la pena tomarse con calma la dura subida y disfrutar de las vistas.

Seguimos subiendo por un antiguo camino de arrieros hasta llegar al Cortijo de Hoya Almadilla (o lo que queda de él), son varias construcciones en ruinas frente a unos magníficos campos de labor con unos preciosos almendros y nogueras, otro paraíso escondido..., en esta inmejorable terraza nos montamos el desayuno con vistas a los prados y a lo lejos Las Banderillas.

Seguimos por la senda en dirección al arroyo de la Hoya, justo al llegar al arroyo os recomiendo coger la senda de la derecha que nos llevará en dirección a la Tiná de las Pisas, en este tramo hay que tener cuidado si lleváis el plano del Alpina ya que marca un trozo de camino que no existe (ver plano que acompaño).

Continuamos subiendo y el fresquito empieza a notarse, a veces parece que quiere y luego no quiere llover... Llegamos a unos llanos desde donde podemos ver a nuestra derecha y un poco más arriba la cortijada de Juego de Bola, cruzando los llanos seguimos subiendo hasta un collado donde vemos las primeras manchas de nieve. En este punto cogeremos una estupenda senda que nos conducirá hasta un collado a media distancia entre El Pardal y Peña Corba, desde aquí el paisaje cambia totalmente, estamos divisando los llanos de la parte superior de la Sierra de las Villas.

Y como estamos más altos, pues más frío, toca abrigarse y con paso tranquilo dirigirnos a Peña Corba, desde aquí solo nos queda un pequeño estirón y disfrutar de la recompensa ...las vistas... . Divisamos Peñas Rubias, El Pardal, El Blanquillo, las Banderillas... a pesar del frío cuesta trabajo abandonar las vistas que disfrutamos pero hace tiempo que es hora de comer y debemos descender a un sitio mas resguardado para dar buena cuenta del bocata.

Con la panza llena iniciamos el descenso sin prisas, pero sin pausa, y en buena hora llegamos a los coches, cervecilla, cansados y contentos.


"Corva": Parte de la pierna, opuesta a la rodilla, por donde se dobla y encorva.

 En el mapa Alpina Figura como Peña "Corba", aunque según la definición anterior y vista la forma de la peña parece más lógico que se llamara "Corva", quien sabe...

bernardo

Sin duda el Banderillas es el pico más "deseado" de la sierra, por aquellos que gustan de subir a la estrecha linea que separa la tierra y el cielo.

La Cordillera del Banderillas planta su cara más desafiante hacia el valle del Guadalquivir, sus impresionantes tajos verticales son bien visibles desde prácticamente todo el valle.

La otra cara de la moneda es su vertiente Sur Este, que da vistas a Pinar Negro y los Campos de Hernán Perea, aquí el desnivel a salvar es poco (300m), dispone de una senda fácil y cómoda para llegar hasta la misma cumbre. 

¿Entonces que opción escoger? 

Si se dispone de poco tiempo o las fuerzas justas la mejor opción es subir por Pinar Negro, la subida no será muy apasionante, pero la recompensa está arriba, las vistas son absolutamente espectaculares, merece la pena recorrer los 360º de vistas para contemplar La Sagra, Sierra Nevada, Mágina...etc.

Por el contrario si disponemos del tiempo suficiente os recomiendo la primera opción, sin duda más dura, pero os aseguro que no os defraudará.


Nosotros afortunadamente disponemos de ese precioso tiempo así que hemos decidido hacer una ruta circular de dos días con subida al Banderillas, partiendo de la piscifactoría del Borosa.

Primer día:

Nada más empezar a caminar,  a unos 200m  aproximadamente, tomamos una senda que sale a mano izquierda junto al cauce de un arroyo, la vereda discurre por la cuesta del Tapaero ...vaya nombres... continua por los Lanchares pasando por Tiná de los Villares, poco a poco vamos tomando altura, aunque vamos muy cargados (fundamentalmente de líquidos), caminamos satisfechos de haber abandonado la pista que no volveremos a pisar hasta el día siguiente.

Sin prisa alguna caminamos hacia el collado de Roblehondo, ya casi llegando el amigo Diego comienza: -mira un fósil!,  -mira otro!..... Será posible? yo no sé que tiene este tío en los ojos pero es que lo vé tó a ras de suelo, no se le escapa detalle,  (relojes... móviles... fósiles... llaves...gafas de sol....) tantoo tanto que a veces me quema la sangre....jejeee (en el fondo es envidia... de la mala...).

Hemos llegado al collado de Roblehondo un lugar en el que merece la pena hacer una paradica para tomar algún bocado, agua, y sobre todo relamerse con todo lo que aparece ante nuestros ojos, Los tajos del Banderillas están cerca y nuestra próxima meta es el paso hacia el Tranco del Perro.

Paso: Tranco del Perro
 Con la panza medio consolada iniciamos el paso del Tranco del Perro, éste es el típico paso que milagrosamente te conduce al otro lado de la montaña aprovechando los resquicios de los inmensos paredones, de nuevo agradecimiento a los viejos serranos que tan sabiamente tallaron esta senda hace muchos años. Sin abandonar la senda caminamos hacia el Puntal del Águila donde paramos de nuevo a descansar, y de paso pudimos ver volar muy cerca de nuestras cabezas un quebrantahuesos de nombre "Hortelano" (nombre confirmado por nuestro experto Nano a tenor de la mancha blanca en su ala izquierda).


Después de este pequeño regalo por parte de "Hortelano", mochilas al hombro y pá alante que queda faena. Entramos a la cuerda del Banderillas, desde aquí ya podemos divisar Pinar Negro y a lo lejossss... muyyy lejossss... para desconsuelo de alguno de nosotros las casetas del Banderillas, llegados a este punto es cuando algunos/as que otros/as empiezan a arrepentirse de algunas cosillas superfluas que han echado de más en la mochila y a estas alturas pesan el doble de lo que aparentaban.

El cielo se pone negro.
Por fin llegamos a las casetas de vigilancia del Banderillas con el tiempo justo, de disfrutar del atardecer  y de una buena granizada que calló en un visto no visto. Disfrutamos de la noche "sin dormir" por que como todos sabéis "está prohibido dormir dentro del parque".

Segundo día:

Amanece con un mar de nubes que suben por los cortados del banderillas y  por los llanos de Pinar Negro. Es la recompensa de amanecer en la cumbre, ansioso empiezo con fotos por aquí... fotos por allá y no veo momento de parar..

Amanecer.
Hemos recogido todos los bártulos, entre la niebla comenzamos el descenso por la cuerda ayudados por el GPS y el instinto de Diego que conoce la bajada. Debemos continuar por la cuerda hasta el final, continuar por el valle ligeramente situados a la derecha hasta dar con un par de hitos situados en un collado con vistas al Embalse de los Órganos, durante la bajada numerosos rebaños de muflones y gamos se cruzan en nuestro camino, son rápidos pero también curiosos, se podría decir que nos observamos mutuamente.

Embalse: Los Organos.
 Una vez encontrados nuestros hitos avistamos Los Órganos con sus aguas verde-turquesa, la vereda está clara y merece la pena caminar despacio y recrearse en todo lo que aparece ante nosotros. Durante el descenso le hecho un vistazo al Collado del Picón del Haza para futuras salidas. He visto en  el blog del amigo  Luiso "Montañas del Sur" una ruta que transcurre cerca este collado y me ha parecido muy interesante, merece la pena verla  "Moss, las Banderillas y sus cintos - de la Higuera, del Fraile y de Viñuela", el relato lo escribe el propio Moss un perro muy conocedor de estas sierras.

En  poco tiempo hemos alcanzado la presa, desde donde se puede subir a la Laguna de Valdeazores en sólo unos minutos, dicen que en dicha Laguna solía pescar Franco.. quien sabe....

Toca volver, así que pasamos por los túneles que antaño se construyeron para acceder a la presa y que en verano dan un buen respiro al caminante. Saliendo de los túneles hay un tramo repleto de hermosas cascadas y pozas que aunque conocidas no nos resistimos a fotografiar por enésima vez. 


Un poco antes de llegar a la central eléctrica comienza a llover y decidimos  pararnos a comer al amparo de un voladizo, a partir del puente de  la central la pista ya es criminal para lo piés (o al menos para los míos), le temo a estos tramos de tantos kilómetros por pista dura ya que siempre acaba machacándome los pies.

El resto de la ruta es muy turística y concurrida, pista, y  pista... pasamos por la cerrada de Elías, pista,pista y pista... hasta llegar a Coche, cambio de calzado y cervecilla de rigor en la Loma de María Ángela.

Aquí sentado frente al ordenador echo de menos ese atardecer - amanecer.


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