bernardo
Barry

Hoy no traigo ruta sino una historia...

Barry es sin duda el San Bernardo más célebre de todos los tiempos. Nació en 1.800, justo cuando Napoleón atravesaba el paso con sus tropas. Desde muy joven demostró dotes excepcionales y un pequeño adiestramiento bastó para convertirle en un perfecto perro de salvamento. Su diligencia era extraordinaria y nunca nadie tuvo la necesidad de exhortarle para trabajar. Si con su agudísima sensibilidad advertía que alguien estaba en peligro, nadie podía retenerlo en el hospicio, salía con cualquier tiempo en búsqueda del caminante perdido. A menudo trabajaba solo, como todos los verdaderos perros de socorro, pero si la labor era superior  a sus posibilidades, volvía al hospicio para dar la alarma. [leer mas..]




bernardo




Siempre que he estado en este lugar he accedido a él desde el pico Mágina pero en esta ocasión hemos querido subir desde la vertiente norte de esta sierra.

Todos hemos quedado gratamente sorprendidos por la belleza de esta vertiente tan distinta a la cara sur. Desde el pueblo de Bédmar hemos tomado la carretera dirección a la ermita de Cuadros para desde allí tomar la pista que sale a mano izquierda que nos conducirá hasta el paraje del Caño del Aguadero. Hay un buen trecho de pista pero conforme vamos subiendo con los coches quedamos prendados de la vertiente norte de la sierra que en su parte más alta todavía conserva bastante nieve.

Desde el Caño del Aguadero no tenemos ni idea por donde subir, pero hacemos caso de una escasa información encontrada en Internet y decidimos andar por la pista unos 300m y a continuación iniciar la subida por una vaguada a la izquierda.

La zona que rodea el Caño dirección Miramundos está rodeada de formaciones rocosas bastante engorrosa de patear y con abundante vegetación, sin embargo pronto comprobamos que el camino escogido es el mejor posible. ¡Hemos tenido suerte!

Subimos un ligero collado y pronto empiezan a aparecer la nieve así que hacemos una paradilla para ponernos las polainas. Al superar otro collado llegamos a una planicie desde donde podemos ver un grupo de cabras monteses que trepan por los riscos como si nada.

Al final de la planicie tomamos un bocado para tomar fuerzas ya que desde este punto ya es todo subida hasta Miramundos, con pasito cansino y sin ninguna prisa pronto estamos en el refugio de Miramundos, un cartel de la Junto nos avisa de que se encuentra con peligro de derrumbe, entramos dentro y vemos con agrado que está requete-limpio, ni un papel, todo perfecto. Mi enhorabuena a los protagonistas de esta limpieza.

Desde Miramundos nos paramos un buen rato a contemplar a la derecha Mágina, al fondo a lo lejos Sierra Nevada y hacia abajo el Gargantón. Como vamos bien de tiempo decidimos continuar andando por la cresta para poder divisar mejor el Gargantón. Llegados a un punto decidimos bajar por un gran nevero para disfrutar también de un buen rato de nieve.

Continuamos la bajada por donde mejor podemos, el terreno no está para muchas florituras pero felizmente y en buena hora (15:30) llegamos a los coches sin novedad, ahora toca comer en la zona del Caño, José Ángel se ha traído un litro de cerveza que se agradece un montón.

Teníamos la intención de continuar por la pista para salir por Mata Begid pero unos paisanos que vienen de esa zona nos dicen que hay un nevero de corta la pista y es imposible de salvar, así pues volvemos por donde hemos venido, cafelillo, chocolate caliente para otros y cada mochuelo a su olivo (como diría mi abuela...).



bernardo

Os presento una interesante guía de fauna urbana de la ciudad de Jaén, que me ha mandado una compañera del grupo.


Gracias Paqui
bernardo




Mientras viajamos a la Sierra de las Villas no para de llover y empiezo a pensar si ha valido la pena el madrugón. Para darnos un poco de moral nos atizamos unos churros con chocolate en Villacarrillo con la esperanza de que el tiempo mejore.

Pasamos por Mogón y sigue lloviendo, por fin llegamos al embalse del Aguacebas que lleva ya soltando agua unos cuantos meses. Deja de llover y continuamos nuestro camino sin escatimar tiempo en pararnos a admirar las maravillas de esta sierra, al menos disfrutaremos lo que podamos de este impresionante lugar. Pasada la Cueva del Peinero continuamos hasta la casa forestal de Carrales de Abajo de entrañables recuerdos para un miembro de nuestro grupo.

Junto a un panel informativo nuevo, derribado intencionadamente (no es el primero que me encuentro), iniciamos nuestro camino por una vieja pista que rezuma agua por todos lados, pronto divisamos una hermosa noguera situada en el mismo cauce del arroyo, continuando un poquito más encontramos una fuente adornada por unos narcisos silvestres que ahora se muestran en flor.

Justo unos metros más adelante es donde debemos abandonar el cauce para tomar una vereda que nos lleva a un collado desde donde se divisa la Albarda y el Sabinar.

Continuamos subiendo un poco más pues queremos tener vistas al Caballo Torraso, en unas piedras desayunamos observando  destrozo que causó el tremendo incendio de hace unos años.

Caminamos por el Caballo de la Albardía disfrutando de las vistas a una y otra vertiente, mientras tanto de vez en cuando un grupo de cabras monteses parecen jugar con nosotros al gato y el ratón. Huyen ... de repente se paran a mirarnos, desaparecen... y al rato vuelven de nuevo para recordarnos que somos forasteros en su paraíso.

Tras unos cuantos sube y baja sin mayor dificultad llegamos a la zona del ojo donde está pequeña casa de piedra sin techo, en este punto el ojo permanece todavía oculto, para llegar a él debemos descender por un estrechamiento a la derecha que nos conduce al Ojo de Carrales.

Desde allí disfrutamos un rato de las vistas haciendo las fotos de costumbre. Bajamos hacia la derecha buscando una impresionante cueva que ya hemos visto muchas veces desde la carretera. Llegamos a un punto en que un arroyo se pierde por una oquedad bajamos para echar un vistazo y al asomarnos comprobamos con cierto vértigo que el agua cae a plomo unos 50m hacia la cueva que buscábamos, -Mucha precaución al acercarse a este punto, la roca está mojada el agujero no se aprecia hasta que estás encima y resbalar supone caer a un patio del  que te despiertas en el más allá- Continuamos andando y ya podemos ver el cuevarrón que buscábamos, la verdad es que impresiona verlo de cerca.

Continuamos hacia el Sabinar, pronto decidimos que es la hora de comer y damos cuenta de los bocatas, Palma se conforma con mirarnos y algún que otro choricillo que coge al vuelo con arte.

Unos minutos más y ya estamos de nuevo en el collado, desde aquí a los coches un corto paseo.

Damos la bienvenida a Jose, Ernesto y Miguel que esperamos nos acompañen en futuras rutas.

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