bernardo

Me viene a la memoria una coplilla que cantaba Marisol: 

Al sol le llaman Lorenzo y a la luna Catalina cuando Lorenzo 
se acuesta se levanta Catalina
Pero mira, mira, mira, pero mira mirame pero mira mira mira 
pero mira mirame.....


Cuando el "Lorenzo" aprieta en el sur, salir al campo de ruta se puede convertir fácilmente en deporte de alto riesgo. De manera que nos hemos preparado una rutilla sin ambiciones, fresquita y con posibilidad de remojón, que mas se puede pedir....


Viajamos al pueblo de Chillúevar, donde hemos quedado con algunos/as compañeros/as de ruta.

Sin asomo de estrés desayunamos en el único bar que se encuentra abierto. Seguidamente salimos por la carretera de la sierra en dirección a la zona del Molino Gris, (una vez abandonado el pueblo, tomar la segunda desviación a la derecha).

Aparcamos los coches como podemos al abrigo del sol, el camino está perfectamente señalizado y acondicionado gracias al trabajo de la Escuela Taller de Empleo Comarcal, Alto Guadalquivir, Santo Tomé, Chilluevar, la Iruela, a los que desde estas líneas mostramos nuestro agradecimiento.

La senda no tiene pérdida poco a poco va ganando altura para situarse junto al río que ahora baja discreto de agua, siempre vamos completamente rodeados de vegetación con una gran variedad de verdes a pesar de las fechas en que nos encontramos.

Somos 17 así que el pelotón se estira y encoge como en las carreras ciclistas, pronto acometemos un tramo de escaleras metálicas sin el cual no tendríamos mas remedio que salvar este tramo por el río. Desde lo alto de las escaleras divisamos unas pozas perfectas para darnos un remojón a la vuelta.

Seguimos caminando hasta el último puente de madera antes del fin de la ruta, aquí el equipo hace un alto y decidimos volver ya que hay hambre y ganas de refrescarse, Luis (nuestro veterano de 87 años recién cumplidos), hace una escapada del pelotón junto a Juanjo, por lo que decido ir tras ellos ya que sabemos que Luis tiene últimamente tendencias escapistas.

Reunidos todos de nuevo, volvemos por nuestros pasos hasta llegar a la zona de baño,  todos disfrutamos como enanos en remojo. Mientras nos bañamos algunos estamos con el rabillo del ojo mirando a Luis (el "fugas") que amaga con ponerse la mochila y darse de nuevo a la fuga, Manolo Colmenero que tiene experiencia en estas lides lo marca de cerca y Javier se viste pronto y acompaña a Luis de vuelta, los demás también con pereza abandonamos las pozas e iniciamos el camino de vuelta.

Llegamos al pueblo sobre las 16:00 preguntamos en el bar Avenida si podrían darnos de comer y muy amablemente  y a pesar de las horas accedieron a alimentar a 17 bocas hambrientas y sobretodo sedientas de algo fresquito. Entre el caos de los que no paran de pedir un tercio tras otro,  Julia junto al dueño del bar consensuaron una estupenda comilona.


Saciados y contentos nos despedimos hasta la próxima que para algunos será hasta el final del verano.
bernardo

Ruta circular por la Sierra de Segura:

Los Miradores -> Hoya de Albardía -> Puntal de las Cabras -> Cortijo de la Cabaña -> Los Centenares -> Miravete -> Los Miradores



Son ya demasiados días sin salir al campo por diversas circunstancias, pero este fin de semana por fin hemos podido volver a la sierra... a la Sierra Verde.

Para iniciar nuestra ruta debemos viajar al Nacimiento del río Segura, allí nos encontramos con una poza de aguas cristalinas de donde emana el agua junto a una zona de recreo recién rehabilitada y un enorme y feo cartel que nos informa como se han financiado las obras de acondicionamiento, (no se que ha costado más... si las obras... o el propio cartel...).

Continuamos en coche por la pista que va hacia los campos, pendientes de no pasarnos la primera desviación que deberemos tomar a la derecha, pronto nos encontramos con unos conocidos  andarines de pontones que harán la ruta "Fuente de Segura - Coto Ríos".

Seguimos en coche por la pista  hasta llegar a la zona de los miradores, desde donde a unos cuantos pasos podréis disfrutar de unas preciosas vistas hacia la zona de los Centenares y más al fondo el valle del Guadalquivir.

Iniciamos la ruta con los ojos como platos y cierta sonrisilla de vernos otra vez pateando este lugar privilegiado que nos acoge con un verde espectacular, el camino es claro y nos conduce amablemente hasta la Hoya del Ortigal donde coincidimos con unos montañeros/as de Córdoba y Valencia que harán una ruta muy similar a la nuestra,  en compañía divisamos desde un collado a nuestra izquierda el imponente Banderillas, abajo la Hoya de la Albardia que se nos aparece como un lugar idílico para perderse de nuestras ruidosas ciudades. En el siguiente cruce de caminos nos despedimos de nuestros compañeros de ruta, tenemos curiosidad por conocer la Albardía, el paraje no decepciona, sin duda los "Serranos" sabían escoger bien donde vivir a pesar de las penurias propias de la época. Las casas ahora permanecen deshabitadas y mudas pero todavía nos trasmiten la vida que debió albergar este precioso lugar cuando la sierra acogía estos valientes colonos.

En principio la idea era volver sobre nuestros pasos hasta el Collado de las Hoyas, sin embargo decidimos seguir adelante en busca de un paso que nos permita acceder al valle donde se encuentra el Cortijo de la Cabaña. Decidimos seguir el camino dirección el Cortijo de Cubero para buscar un paso en el collado situado al pié del  Puntal de las Cabras, sin perder altura nos dirigimos al verde collado desde donde somos vigilados por unos buitres cómodamente situados en lo alto del Puntal. Para nuestra sorpresa adivinamos una senda que bajando a media ladera  nos conduce al valle que buscamos.

Pronto estamos en el Cortijo de la Cabaña donde decidimos tomar un tentempié ligero ya que sabemos que nos queda mucho camino por delante. Continuamos por la senda que pasa por el Picón hasta ver los Centenares una aldea situada en una loma con unas vistas privilegiadas, desde aquí y a lo lejos vemos Miravete nuestra próxima meta, para ello deberemos descender hasta el barranco del Lobo y seguir un poco el transcurso del río hasta quedar al pié de Miravete, tras una breve subida entramos en Miravete para tomar un ligero descanso y planificar nuestra subida hacia Fuente Segura.

A pesar de parecer imposible, sabemos por algunos serranos de la existencia de una vereda que nos conducirá hasta los alto de los campos, sin embargo no sabemos por donde  discurre. Con un poco de paciencia pronto damos con una cómoda senda que serpenteando entre los paredones nos conduce amablemente hasta lo alto, allí de nuevo nos encontramos con nuestros anteriores compañeros/as de ruta. Ellos parten hacia el Nacimiento del Segura nosotros debemos girar hacia la derecha en busca de los Miradores (nuestro inicio de ruta), mientras caminamos y al echar la vista atrás contemplamos una espectacular vista del pantano del Tranco. A las 17:45 llegamos al coche dispuestos a festejar este día de campo con una cervecilla en el mesón de Pontones.


Preciosa ruta para disfrutar del verde que nos ofrece la Sierra en primavera, ya estamos deseando volver para subir al Banderillas por la zona de las Guitarras y el Hoyazo.
bernardo
Peña Corba

Esta Semana Santa hemos cambiado cirios, romanos y penitencias por unas vacaciones en el  monte, en esta ocasión tengo la fortuna de compartir ruta con amigos y familia. Nuestro destino es Peña Corba, balcón privilegiado a la Sierra de las Villas y al valle del Guadalquivir.


Viajamos temprano remontando en coche el valle del Guadalquivir desde la Presa del Tranco, siempre que hago este tramo y tengo la suerte de no conducir me gusta mirar las tranquilas aguas del pantano semi cubiertas por la bruma de la mañana.

Nuestro punto de partida es la zona del Hotel Mirasierra, desde allí parte una pista de tierra que sube al cortijo del Zarzalar. Subimos por la pista entre un bosque de pinos que nos cobijan y que a ratos se clarean dejándonos ver una bonitas vistas de Coto Ríos, tras un rato de caminata la pista se estrecha y comenzamos a ver unas tuberías de PVC negras que supongo abastecen de agua a los apartamentos de abajo.

Llegados a una gran roca situada a nuestra izquierda nos encontramos casi empotrado en la pared un ciclomotor que parece semi-abandonado. En este punto justo es donde debemos abandonar la senda que baja y tomar un pequeño camino bastante empinado que va pegado junto a la gran roca, en este punto la vegetación es abundante, merece la pena tomarse con calma la dura subida y disfrutar de las vistas.

Seguimos subiendo por un antiguo camino de arrieros hasta llegar al Cortijo de Hoya Almadilla (o lo que queda de él), son varias construcciones en ruinas frente a unos magníficos campos de labor con unos preciosos almendros y nogueras, otro paraíso escondido..., en esta inmejorable terraza nos montamos el desayuno con vistas a los prados y a lo lejos Las Banderillas.

Seguimos por la senda en dirección al arroyo de la Hoya, justo al llegar al arroyo os recomiendo coger la senda de la derecha que nos llevará en dirección a la Tiná de las Pisas, en este tramo hay que tener cuidado si lleváis el plano del Alpina ya que marca un trozo de camino que no existe (ver plano que acompaño).

Continuamos subiendo y el fresquito empieza a notarse, a veces parece que quiere y luego no quiere llover... Llegamos a unos llanos desde donde podemos ver a nuestra derecha y un poco más arriba la cortijada de Juego de Bola, cruzando los llanos seguimos subiendo hasta un collado donde vemos las primeras manchas de nieve. En este punto cogeremos una estupenda senda que nos conducirá hasta un collado a media distancia entre El Pardal y Peña Corba, desde aquí el paisaje cambia totalmente, estamos divisando los llanos de la parte superior de la Sierra de las Villas.

Y como estamos más altos, pues más frío, toca abrigarse y con paso tranquilo dirigirnos a Peña Corba, desde aquí solo nos queda un pequeño estirón y disfrutar de la recompensa ...las vistas... . Divisamos Peñas Rubias, El Pardal, El Blanquillo, las Banderillas... a pesar del frío cuesta trabajo abandonar las vistas que disfrutamos pero hace tiempo que es hora de comer y debemos descender a un sitio mas resguardado para dar buena cuenta del bocata.

Con la panza llena iniciamos el descenso sin prisas, pero sin pausa, y en buena hora llegamos a los coches, cervecilla, cansados y contentos.


"Corva": Parte de la pierna, opuesta a la rodilla, por donde se dobla y encorva.

 En el mapa Alpina Figura como Peña "Corba", aunque según la definición anterior y vista la forma de la peña parece más lógico que se llamara "Corva", quien sabe...

bernardo

Sin duda el Banderillas es el pico más "deseado" de la sierra, por aquellos que gustan de subir a la estrecha linea que separa la tierra y el cielo.

La Cordillera del Banderillas planta su cara más desafiante hacia el valle del Guadalquivir, sus impresionantes tajos verticales son bien visibles desde prácticamente todo el valle.

La otra cara de la moneda es su vertiente Sur Este, que da vistas a Pinar Negro y los Campos de Hernán Perea, aquí el desnivel a salvar es poco (300m), dispone de una senda fácil y cómoda para llegar hasta la misma cumbre. 

¿Entonces que opción escoger? 

Si se dispone de poco tiempo o las fuerzas justas la mejor opción es subir por Pinar Negro, la subida no será muy apasionante, pero la recompensa está arriba, las vistas son absolutamente espectaculares, merece la pena recorrer los 360º de vistas para contemplar La Sagra, Sierra Nevada, Mágina...etc.

Por el contrario si disponemos del tiempo suficiente os recomiendo la primera opción, sin duda más dura, pero os aseguro que no os defraudará.


Nosotros afortunadamente disponemos de ese precioso tiempo así que hemos decidido hacer una ruta circular de dos días con subida al Banderillas, partiendo de la piscifactoría del Borosa.

Primer día:

Nada más empezar a caminar,  a unos 200m  aproximadamente, tomamos una senda que sale a mano izquierda junto al cauce de un arroyo, la vereda discurre por la cuesta del Tapaero ...vaya nombres... continua por los Lanchares pasando por Tiná de los Villares, poco a poco vamos tomando altura, aunque vamos muy cargados (fundamentalmente de líquidos), caminamos satisfechos de haber abandonado la pista que no volveremos a pisar hasta el día siguiente.

Sin prisa alguna caminamos hacia el collado de Roblehondo, ya casi llegando el amigo Diego comienza: -mira un fósil!,  -mira otro!..... Será posible? yo no sé que tiene este tío en los ojos pero es que lo vé tó a ras de suelo, no se le escapa detalle,  (relojes... móviles... fósiles... llaves...gafas de sol....) tantoo tanto que a veces me quema la sangre....jejeee (en el fondo es envidia... de la mala...).

Hemos llegado al collado de Roblehondo un lugar en el que merece la pena hacer una paradica para tomar algún bocado, agua, y sobre todo relamerse con todo lo que aparece ante nuestros ojos, Los tajos del Banderillas están cerca y nuestra próxima meta es el paso hacia el Tranco del Perro.

Paso: Tranco del Perro
 Con la panza medio consolada iniciamos el paso del Tranco del Perro, éste es el típico paso que milagrosamente te conduce al otro lado de la montaña aprovechando los resquicios de los inmensos paredones, de nuevo agradecimiento a los viejos serranos que tan sabiamente tallaron esta senda hace muchos años. Sin abandonar la senda caminamos hacia el Puntal del Águila donde paramos de nuevo a descansar, y de paso pudimos ver volar muy cerca de nuestras cabezas un quebrantahuesos de nombre "Hortelano" (nombre confirmado por nuestro experto Nano a tenor de la mancha blanca en su ala izquierda).


Después de este pequeño regalo por parte de "Hortelano", mochilas al hombro y pá alante que queda faena. Entramos a la cuerda del Banderillas, desde aquí ya podemos divisar Pinar Negro y a lo lejossss... muyyy lejossss... para desconsuelo de alguno de nosotros las casetas del Banderillas, llegados a este punto es cuando algunos/as que otros/as empiezan a arrepentirse de algunas cosillas superfluas que han echado de más en la mochila y a estas alturas pesan el doble de lo que aparentaban.

El cielo se pone negro.
Por fin llegamos a las casetas de vigilancia del Banderillas con el tiempo justo, de disfrutar del atardecer  y de una buena granizada que calló en un visto no visto. Disfrutamos de la noche "sin dormir" por que como todos sabéis "está prohibido dormir dentro del parque".

Segundo día:

Amanece con un mar de nubes que suben por los cortados del banderillas y  por los llanos de Pinar Negro. Es la recompensa de amanecer en la cumbre, ansioso empiezo con fotos por aquí... fotos por allá y no veo momento de parar..

Amanecer.
Hemos recogido todos los bártulos, entre la niebla comenzamos el descenso por la cuerda ayudados por el GPS y el instinto de Diego que conoce la bajada. Debemos continuar por la cuerda hasta el final, continuar por el valle ligeramente situados a la derecha hasta dar con un par de hitos situados en un collado con vistas al Embalse de los Órganos, durante la bajada numerosos rebaños de muflones y gamos se cruzan en nuestro camino, son rápidos pero también curiosos, se podría decir que nos observamos mutuamente.

Embalse: Los Organos.
 Una vez encontrados nuestros hitos avistamos Los Órganos con sus aguas verde-turquesa, la vereda está clara y merece la pena caminar despacio y recrearse en todo lo que aparece ante nosotros. Durante el descenso le hecho un vistazo al Collado del Picón del Haza para futuras salidas. He visto en  el blog del amigo  Luiso "Montañas del Sur" una ruta que transcurre cerca este collado y me ha parecido muy interesante, merece la pena verla  "Moss, las Banderillas y sus cintos - de la Higuera, del Fraile y de Viñuela", el relato lo escribe el propio Moss un perro muy conocedor de estas sierras.

En  poco tiempo hemos alcanzado la presa, desde donde se puede subir a la Laguna de Valdeazores en sólo unos minutos, dicen que en dicha Laguna solía pescar Franco.. quien sabe....

Toca volver, así que pasamos por los túneles que antaño se construyeron para acceder a la presa y que en verano dan un buen respiro al caminante. Saliendo de los túneles hay un tramo repleto de hermosas cascadas y pozas que aunque conocidas no nos resistimos a fotografiar por enésima vez. 


Un poco antes de llegar a la central eléctrica comienza a llover y decidimos  pararnos a comer al amparo de un voladizo, a partir del puente de  la central la pista ya es criminal para lo piés (o al menos para los míos), le temo a estos tramos de tantos kilómetros por pista dura ya que siempre acaba machacándome los pies.

El resto de la ruta es muy turística y concurrida, pista, y  pista... pasamos por la cerrada de Elías, pista,pista y pista... hasta llegar a Coche, cambio de calzado y cervecilla de rigor en la Loma de María Ángela.

Aquí sentado frente al ordenador echo de menos ese atardecer - amanecer.


bernardo
"Origen, principio.
Serie de hechos y factores que intervienen en la formación de algo."

Primera cordada.
En mi caso creo que fue la suerte.

La suerte de nacer en una familia cuyos padres no dejaban escapar ningún domingo para mostrarnos todas las maravillas que esconden nuestras sierras a tan sólo unos minutos de Jaén.

Los cuatro en la Cruz de Chimba

Recuerdo con cariño aquellas salidas domingueras en las que no faltaban ejercicio, juegos y una merecida comilona.

Todo trascurría de manera natural y confieso que ahora es cuando verdaderamente valoro todos los paisajes y experiencias que poco a poco fueron grabándose en mi memoria. 




Primeros intentos
Y como suele suceder habitualmente, una cosa te lleva a otra. Entramos en el antiguo Club Montañeros de Jaén, en mi caso como era un "enano" (tampoco es que ahora sea un gigantón) en la sección infantil. Recuerdo que Manolo Colmenero, jefe de los peques, me envió junto a mi querido amigo Luisón a un sastre para que nos tomara medidas y nos hiciera nuestros primeros bávaros. (antiguo pantalón de montaña). El club lo componían básicamente familias que compartían su afición por la montaña: Los Melero, los Uceda, David, Agustín, los Berges, Murillo, Chicote, Manolo el manco, los Colmenero,  los de la Cuadra, Domenech, Millán, Arribas... etc.. y los Chinchi a cuya tribu pertenezco. De todos tengo un grato recuerdo, con algunos todavía tengo la suerte de compartir rutas y con el resto conservo su amistad, incluso a veces tengo la ocasión de cruzármelos en algún sendero.


De la mano de los veteranos conocí nuestras sierras y aprendí todo lo que me permite hoy disfrutar de la montaña. Recuerdo que al final de cada excursión ,cansado, juraba y perjuraba que sería la última vez, sin embargo el siguiente domingo olvidadas las penas ya estaba dispuesto a calzarme de nuevo las botas.

La Familia en Ventisqueros



bernardo

Dicen que la reina Fabiola de Bélgica solía visitar este lugar de Sierra Nevada en compañía del rey Balduino, y que un día dijo: “Si una reina viniese a lavar aquí, ganaría en nobleza”. De ahí lo de "Lavaderos de la Reina".


Aunque la frasecita se las trae... es la única referencia que he encontrado en internet explicando el origen del nombre de este bonito paraje.


Sabíamos de sobra que nos encontraríamos con nieve, así que después de desayunar me acerco a unos lugareños que charlan animosamente en la plaza del pueblo, (hablo de Guejar Sierra). Mi intención es conocer como está la pista que accede a los Lavaderos.

De buena mañana nos preparan el cuerpo... la pista está cortada por la nieve y  mucho hielo antes de llegar a la cadena (lugar donde deberíamos dejar los coches), aún así decidimos continuar. Partimos del pueblo en los coches y pronto nos encontramos con la imposibilidad de continuar, en el paraje "Cortijo de la Hoya de Robles" hay varios coches aparcados que nos indican que ya es imposible avanzar con los vehículos.

Nortes

De aquí en adelante a patita hasta los lavaderos..., no lo tomamos con filosofía y poco a poco vamos ascendiendo procurando acortar los meandros que hace la pista, pronto nos situamos sobre la Loma de Papeles desde donde podemos avistar unas preciosas vistas de las caras norte de El Veleta, Los Machos, Mulhacén y Alcazaba, la pista se hace interminable  y la famosa cadena (inicio de nuestra ruta) no acaba de aparecer, a las 11:30 por fin llegamos a la cadena donde aprovechamos para re-desayunar. Tomamos una senda por la Loma de Maitena que poco a poco y suavemente nos llevaría hasta el refugio de Peña Partida pasando por la loma Papeles.

Para llegar a los Lavaderos debemos andar todavía un buen tramo, vamos mal de hora y según nos dicen unos montañeros que bajan, las cascadas de los Lavaderos están ocultas por la nieve acumulada, así que decidimos caminar un poco más para matar el gusanillo de pisar nieve  sin la esperanza de llegar a los Lavaderos.

Volvemos al refugio de Peña Partida donde comemos en compañía de unos montañeros malagueños que pasarán la noche allí mismo. Iniciamos el regreso pues el tiempo apremia y nos queda un buen tramo de vuelta, la pista vuelve a hacerse eterna hasta que por fin llegamos a los coches con el tiempo justo de ver una preciosa puesta de sol.



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