Dehesa de Camarate

Hemos viajado a las estribaciones de Sierra Nevada, cerca de Lugros, atraídos por una ruta publicada por nuestros amigos del C.D. la Pandera.

Salimos de Jaén en dirección Guadix, tomando la salida de Purullena donde decidimos parar a desayunar, (en el único bar que estaba abierto), nada más cruzar la puerta nos encontramos con quinientos mil hombres de verde (ni una mujer) que se disponen en el día de hoy a matar animales en el monte. - allá cada cual con sus aficiones -. Salimos de allí por piernas y decidimos desayunar en otro lugar que huela menos a pólvora. En Lugros desayunamos un café con galletas, (el panadero estaba de entierro, y no había pan en todo el pueblo...)

A las afueras del pueblo tomamos la desviación hacia la dehesa de Camarate (está indicada en el mapa), a unos 1000m nos encontramos con una grandiosa verja adornada con dos estatuas de machos monteses, que da acceso al coto de caza, justo a la izquierda continua el carril que es el que debemos seguir (recomendado sólo para 4x4).

Tras unos Kms dejamos los coches en un rellano pasado el río Alhama. Estamos a la sombra y hace un frío que pela adornado por un fuerte viento. Seguimos el carril hasta llegar al paraje el "Horcajo del Camarate". Hay una gran verja que da acceso a la finca, justo detrás un inquietante comité de bienvenida.... unas 20 vacas con unos cuernos más que respetables que no nos quitan ojo. Como no sabemos sus intenciones y no hemos sido presentados optamos por dar un elegante rodeo para evitar "molestarlas"...je jeee.

El rodeo se alarga más de la cuenta y al final llegamos casi al mismo lugar pero detrás de nuestras amigas. (En estos momentos me viene a la memoria el personaje Vicente Barrera de la película de nuestro gran Berlanga "la Vaquilla".

Después de la congoja, iniciamos el camino por una pista singularmente empedrada, durante la subida nos cruzamos con otros andarines y ciclistas, después de unas cuantas revueltas llegamos a un tentadero de reses bravas que está vacío, continuamos unos metros mas arriba hasta divisar nuestra meta "el Alto de los Catifas", sin embargo aquí ya el frío se hace duro de llevar, el veterano anda un poco escaso de fuerzas y la meteorología amenaza lluvia o nieve.

Iniciamos el camino de regreso, parte del grupo se ha adelantado y ha preparado una reconfortante hoguera en una de las estancias del tentadero, a la vera de la lumbre charlamos y comemos los bocatas, sin perder tiempo iniciamos el camino de vuelta con agua-nieve sobre nuestras cabezas.

En la verja nos esperan nuestras amigas las vacas, aquí ya le echamos valor y cruzamos entre ellas, (ni se inmutan). Así pues llegamos felizmente a los coches en buena hora y vuelta a casa.

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