bernardo




Esta ruta bien podría llamarse "Ruta de los Cortijos", durante todo el recorrido hemos podido contemplar un buen número de antiguos cortijos serranos diseminados por toda la Sierra de las Villas, lo que nos da una idea de la cantidad de personas que subsistieron en condiciones muy duras por estos parajes. Posteriormente algunos fueron rehabilitados por gente venida de otros países en busca de algún paraíso perdido.

La ruta comienza en el embalse del Aguacebas, actualmente al 100% de su capacidad y desde cuyo muro de contención de divisan unas preciosas vistas. Aguas abajo el barranco de la Osera un lugar espectacular desde donde ver caer el río Aguacebas por unas imponentes cascadas.

Comenzamos a andar justo al otro lado de la carretera de donde se encuentra el Cortijo de la tía Eufemia, a los pocos metros abandonamos la pista que va a la cascada de Chorrogil para ir por una pista que asciende al Cortijo de Santoya, a mitad de camino hay una valla que nos corta el camino.

Afortunadamente antes de salir llamé por teléfono al amigo Sansón, el cual me advirtió de la existencia de la valla indicándonos que lo mejor era acortar por la Lancha Candiles. Así pues unos metros antes de la valla tomamos una senda que sale a la izquierda y que nos lleva sin problema alguno a cruzar Lancha Candiles, desde allí divisamos con claridad la senda que nos conduce a nuestra próxima meta el Cortijo de la Cañada del Almagrero, allí re-desayunamos para tomar fuerzas.

A continuación la ruta sube buscando el puerto de Los Palancares desde donde divisamos nuestro próximo cortijo "de los Palomares", por todo lados hay manchas blancas restos de las últimas nevadas. Dejando a nuestra derecha Los Asperones y caminando a media ladera para no perder altura alcanzamos a ver ya El Pardal (1.580 m) en principio ese era nuestro objetivo sin embargo conforme vamos subiendo a él nos llama la intención unas formaciones rocosas que seguramente tendrán buenas vistas al Valle del Guadalquivir. Consultamos el mapa y vemos que se trata de Piedras Rubias, desde allí vistas al Guadalquivir, Peña Corva, El Pardal...una maravilla.

Como vamos justos de tiempo apretamos el paso para comer en unas ruinas situadas cerca del cortijo al pie del Pardal (actualmente habitado), comemos rápido, el frió y la brisa nos esta dejando helados. Levantamos el campamento dirección el cortijo de Jabalcaballo a través de pista que marca el Alpina

Vamos a descender por la Cañá del Avellano, para ello debemos atravesar una zona de huertas un poco enrevesada, lo ideal es pegarse a la vertiente de la izquierda para sortear las huertas. Al final de la Cañá nos encontramos con un cortijo (desconozco su nombre) que están rehabilitando y la pregunta es automática ¿Como traerán hasta aquí los ladrillos, cemento y demás materiales? creo que no hay otra -en mula-

Intentamos el descenso por el arroyo del Aguacebas pero es imposible así que no tenemos más remedio que subir al puerto para conectar con nuestro camino de vuelta.

Cae la tarde y ya veo que saldremos de allí de noche, al menos queremos llegar a la zona del paso de Candiles con algo de luz, pero la oscuridad pronto se nos echa encima, con las referencias tomadas en la ida y con la ayuda del GPS conseguimos atravesar el paso de Candiles y ya con noche cerrada vamos bajando por la vereda que nos conduce lleva hasta la pista que va hacia los coches.

Para que no falte de nada... cuando descendemos por la pista hacia los coches empieza a nevar.

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